Mejía Arredondo fue socio fundador de la Orquesta
Sinfónica de Santo Domingo, entidad de grandes
proyecciones en la historia de la música clásica
dominicana, la cual fue fundada el 23 de febrero de 1932. La
recién creada orquesta, de la cual fue fundador y
director, fue uno de sus más grandes anhelos. Con nuevos
instrumentos donados por el Generalísimo Trujillo, la
agrupación trabajó con tesón bajo su
dirección hasta el año 1939, cuando
suspendió sus labores. Sobre su persona recayó el
cargo de primer vicepresidente de la orquesta. Durante ocho
años dirigió competentemente la orquesta en
diversos conciertos, en diversos lugares del
país.
Fue hasta su muerte Presidente-Fundador de la "Sociedad
de Autores y Compositores Dominicanos", entidad que fundó
en compañía de don José Ramírez
Peralta y otros amigos, con la finalidad de promover nuevos
valores musicales, investigar y dar a conocer la música
dominicana, y proteger a los compositores dominicanos de amenazas
que fuesen en contra del interés grupal y
patriótico.
En 1941 al crearse por decreto del poder ejecutivo la
"Orquesta Sinfónica Nacional", Mejía Arredondo es
nombrado como subdirector, cargo que desempeñó con
brillo y talento hasta meses antes de su muerte.
En esa época llega al país el maestro
español Enrique Casals Chapí, quien llegará
a ser el guía de muchos compositores dominicanos que se
sentían algo desorientados. Uno de ellos era Mejía
Arredondo, quien recibe clases durante varios años,
especialmente de composición. En el cargo de subdirector
de la OSN compartió la dirección de conciertos con
el maestro Casals Chapí, quien fue el primer director
titular de la misma, y con el maestro Roberto Caggiano entre
otros.
En adición a su trabajo intelectual ordinario en
la orquesta, Mejía Arredondo trabajaba callada y
arduamente en un proyecto que durante meses fue su idea fija y
constante, escribir una sinfonía.
Al fin la tiene ya, después de meses de trabajo
intenso y agotador, su primera sinfonía, la No1 en La
mayor, la dedica al prócer dominicano Francisco del
Rosario Sánchez.
PRIMERAS
OBRAS
Enrique Mejía Arredondo fue un compositor
pródigo tal como su abuelo materno don José
María Arredondo Alfonseca, produjo muchas obras desde que
afloró en él el amor por la música, lo cual
ocurrió desde la edad de ocho años. No obstante,
parte importante de su producción fue perdida debido a la
mala conservación entre otros factores.
Su primera composición de carácter
importante fue "Obertura para Orquesta 12 de julio", la cual le
valió un premio en reconocimiento de $1,000. pesos en un
concurso durante el gobierno de don Horacio Vásquez. Sus
primeras obras fueron de carácter romántico,
valses, y canciones, entre las cuales merecen destacarse el vals
"Manantial", con letra de su querido hermano Roberto, la
canción "Quisiera", la cual se hizo muy popular dentro y
fuera del país, e incluida en el repertorio de famosos
cantantes y orquestas de esa época. La delicada
canción "Flor de Montaña", la cual fue estrenada en
la ciudad de New York por la CBS, y fue tocada por la orquesta
sinfónica de esa ciudad, bajo la dirección del
maestro Alfredo Antonini.
COMPOSITOR
CLASICO
La brillante carrera de Mejía Arredondo como
compositor clásico nace con su obra "Dos Evocaciones:
Paisaje y Ritual en el Templo de Yocari", esta obra ha sido
ejecutada y radiodifundida repetidas veces por las estaciones
norteamericanas CBS y NBC. Otra de sus grandes realizaciones es
"Renacimiento", la cual es un poema sinfónico inspirado en
la devastación que provocó en la ciudad de Santo
Domingo el paso del huracán San Zenón.
También deben considerarse las obras "Cuento Nocturno", la
cual es inspirada en la leyenda sobre el amor infortunado de un
cacique indígena y una "ciguapa", "Pequeña Suite
para Orquesta" la cual consta de tres partes: preludio, andante,
y finale, "Danza Quisqueyana", la cual posee intensa fuerza
evocadora saturada por nuestras antiguas melodías
folklóricas y populares, "Reverie para Violín y
Orquesta", "Andante Cantabile", "Fuga y Capricho para Piano",
Sinfonía No1 en La mayor", Sinfonía No2 en Do
mayor", y otras obras más que la familia no pudo
conservar.
Mejía Arredondo compuso dos sinfonías las
cuales fueron su coronación como compositor, y por las
cuales fue reconocido como maestro de la música,
valiéndole las más altas consideraciones de la
crítica internacional.
La sinfonía No1 en La mayor la dedicó a
enaltecer la memoria del prócer Francisco del Rosario
Sánchez, padre de la patria, y la sinfonía No2 en
Do mayor, un grandioso y amoroso homenaje a su querida madre
doña María. Indudablemente estas sinfonías
son las obras de mayor importancia en la carrera del maestro,
fallecido a temprana edad, en pleno apogeo de sus facultades
intelectivas y creativas.
En el gran concierto inaugural de la flamante Orquesta
Sinfónica Nacional, el público tuvo la
satisfacción de escuchar por primera vez su
sinfonía No1. Este estreno fue bajo la conducción
de su batuta.
CONCIERTO EN
MEXICO
La sinfonía No1 en La mayor se integra por cuatro
movimientos que recogen la perdurable vitalidad creadora del
compositor, el primero: I-Tranquilo Allegro con Brío, el
cual canta en tonos grandiosos la lucha del pueblo dominicano por
lograr su emancipación de la tutela exótica, el
segundo: II-Adagio Molto Andante, el cual describe con
patético acento el cadalso de San Juan, el tercero: III-
Allegro Scherzo, el cual narra los días iniciales de la
lucha restauradora , y el cuarto: IV- Finale Allegro Vivace, el
cual es una cálida exaltación a la victoria de los
dominicanos en la épica cruzada restauradora. Esta notable
obra de Mejía Arredondo fue estrenada por la Orquesta
Sinfónica de la NBC en New York, bajo la dirección
del renombrado maestro Franz Black, y fue ejecutada en el
concierto inaugural de la Orquesta Sinfónica Nacional en
Santo Domingo, el 24 de octubre de 1941. Aludiendo a esta obra,
el insigne crítico español Adolfo Salazar
comentó:-"…es una de las sinfonías más
notables de su genero en Hispanoamérica". Estas palabras
fueron consagratorias.
Invitado por la orquesta sinfónica de la
Universidad de México, viaja a ese país en el
año 1946, y allí dirige la orquesta en un concierto
compuesto exclusivamente por música de autores
dominicanos. Entre las obras incluidas en el programa está
su sinfonía No1 en La mayor. En ese país obtiene su
triunfo, bien acogido por la crítica en su doble papel de
director y compositor. Regresa al país y prosigue su
labor, al renunciar el maestro Casals Chapí de la
dirección de la OSN en 1945, se le encarga interinamente
la dirección. Un tiempo después es nombrado como
director el maestro Abel Eisenberg y Mejía Arredondo
vuelve a la subdirección. El compositor escribió
como preámbulo a esta magistral obra lo siguiente:-"Con la
composición de esta obra he querido consagrar mi homenaje
al Prócer. En ella he respetado escrupulosamente por
encima de todo detalle la forma musical que su titulo impone.
Pero naturalmente, en el carácter de las ideas musicales
que sirven de tema a esta obra, y en la tónica dominante
de cada uno de sus tiempos, realizo mi homenaje a Sánchez
por la evocación, ya sea del tumulto idealista con la
pasión místico-bélica del Prócer en
su vida de trágico final, ya sea por el dolor de su
muerte, ya sea por la alegría que la noticia de la
Restauración hace correr como una buena nueva por los
campos, entre cantos y bailes, y la heroica gloria que en la
Restauración envuelve al Prócer fuera ya de esta
mundo, a modo de jubilar la aureola ultraterrena en su cuarto y
último tiempo". Cuando ya tenía escrita toda la
sinfonía, y evaluando que no tenía medios para
instrumentarla, considera que debe enviarla al extranjero a esos
fines. Le escribe a su amigo Franz Black en la NBC
enviándole solo el primer movimiento. Poco tiempo
después recibe carta del maestro Black
solicitándole el resto de la obra para ser tocada en New
York en ocasión de la "Fiesta de las Americas", a lo cual
contesta su interés de estrenarla en su país. En la
obra, antes de iniciar el Allegro de su primer movimiento, el
cual es grandioso y donde toda la orquesta entra como con
júbilo, quiso hacer una introducción serena y casi
religiosa como homenaje al Prócer, como un ofrecimiento de
la obra. Esta introducción contrasta notablemente con el
tema del primer movimiento, el cual estalla jubilosamente y se
desarrolla como una sonata.
A propósito de esta composición, el
afamado crítico español Adolfo Salazar, en
ocasión de haberse tocado México
escribió:-"su obra dilatada no pesa en la audición
por estar construida con solidez, firme conducción tonal y
motivos bien modulados con suficiente contraste entre ellos, a lo
que corresponde una orquestación que aunque tupida,
responde a la escritura densamente entretejida de la misma, pero
aireada con la indispensable pulsación dinámica.
Mejía Arredondo es indudablemente un maestro, y su
sinfonía es una de las más notables en su genero en
Hispanoamérica".
LA SEGUNDA
SINFONIA
La sinfonía No2 en Do mayor consta también
de cuatro movimientos: I- Allegro Andante Cantabile, II- Scherzo,
III-Molto Allegro, y IV- Allegro Vivace. A juicio del maestro
Mejía Arredondo es su obra más grandiosa, pero ha
sido ejecutada pocas veces, razón por la cual es poco
conocida. Desgraciadamente el manuscrito original se
extravió para desconsuelo de sus familiares y del
patrimonio cultural nacional. La sinfonía No2 fue dedicada
a su madre, y fue escrita en forma similar a la primera, en
cuanto a que tiene una introducción lenta para ir a un
Allegro no jubiloso como la anterior, en un estilo fugado,
iniciando con violines, contestados por violas y violoncelos, y a
su vez contestados por contrabajos. Esto demuestra que en esta
obra la intención del autor es más contrapuntista y
más expresiva en cuanto a las frases melódicas que
la primera sinfonía. El segundo movimiento es Andante
Cantabile de estilo contrapuntístico, el tercer movimiento
es Scherzo-Molto Allegro, y es la única parte de la obra
que se ha tocado alguna vez, el cuarto movimiento es Allegro con
Brío. Las dos sinfonías definen claramente el
carácter de su autor y en ellas ha volcado su
personalidad, la cual es a la vez fuerte amable y
bondadosa.
En su obra "Dos Evocaciones", la cual dedica al maestro
Casals Chapí en 1941, utiliza una instrumentación
colorista, por lo cual se vale en algunos momentos de los medios
que caracterizaron a este estilo impresionista. Esta obra consta
de dos partes: "Paisaje y Ritual". Son dos páginas muy
sugestivas de orquestación clara y variada. Ha sido
interpretada varias veces por la OSN.
OTRAS
OBRAS
"Cuentos Nocturnos" es un poema indígena basado
en una leyenda que cuenta cómo el cacique Macorís
se enamora de una ciguapa, persiguiéndola por los bosques
y montañas, seducido por su canto cada vez más
lejano y atrayente. Cuando el indio cayó muerto exhausto
cerca del río Camú, la ciguapa, que le
seguía sus pasos llora su sobre su cadáver. Excava
una fosa con sus manos, lo entierra y lo continúa llorando
en las orillas del río. Dice la leyenda que desde esa vez
las aguas del río se volvieron salobres.
Esta obra nunca se llegó a tocar en el
país, por eso no se conoce. El manuscrito original fue
solicitado por la Orquesta Sinfónica de la Universidad de
México para ser tocada como estreno, luego fue llevado a
Bogotá, Colombia, para otra presentación, y desde
allí nunca retornó al país ni a su
familia.
"Poema Sinfónico Renacimiento" es una obra
dedicada al Generalísimo Rafael Leonidas Trujillo Molina,
en ella evoca la lucha heroica cuando la ciudad se impone a los
elementos y logra con su entereza la reconstrucción de la
ciudad destruida al paso del huracán San Zenón. El
maestro la escribe en 1939 para pequeña orquesta y luego
de una severa revisión la adaptó para una gran
orquesta. Esta es una de sus obras
características.
"Danza Quisqueyana" posee un ritmo obstinado y
melodías evocadoras de nuestros cantares
folklóricos y rituales históricos. El autor se
considera conjuntamente con el maestro Juan Francisco
García, los dos compositores más avanzados de los
que forman el grupo anterior a la nueva generación.
Mejía Arredondo era un compositor sinfonista, aunque
produjo algunos poemas sinfónicos y varias
canciones.
"Pagoda" es una evocación Hindú dividida
en tres movimientos: Lento, Allegro y Lento.
COLOFON
Durante un concierto de la OSN en la ciudad de La Vega,
sufre el primer colapso del corazón, que más tarde
será la causa de su muerte. En ese momento dirigía
la Quinta sinfonía de Schubert, pudiendo solo terminar el
primer movimiento. Fue trasladado de emergencia a una
clínica cercana, y el concierto fue suspendido. Le
conceden licencia por varios meses, pero al no sentir
mejoría se jubila de manera anticipada en el año
1951 a ladead de 49 años, fallece el 5 de febrero de ese
año.
Enrique Mejía Arredondo fue el primer
músico dominicano en ser invitado a dirigir una orquesta
sinfónica en el extranjero (Palacio de Bellas Artes de
México 1946), puso en alto el pabellón dominicano
con su brillante actuación y su producción musical.
Recibió por ello merecidos elogios de autoridades
musicales tan reconocidas como Adolfo Salazar, Otto Mayer,
Rodolfo Haffter, Manuel Medina, Salomón Kahan y otros.
Mejía Arredondo de temperamento embriagado por
recónditas armonías, alma constantemente abierta a
los pródigos maravillosos de la música que supo
arrancar el misterio fascinante del pentagrama, nido divino de
armonías, un acervo de calidad altísima que
traspasó los horizontes patrios, que adquirió para
su nombre y su patria merecida fama y justo reconocimiento. "Sus
éxitos fueron y serán un autentico triunfo de la
música dominicana". "Su prestigio, es un blasón
para nuestra patria, que, con aportaciones como las que hizo,
hace presencia permanente en el escenario del arte
contemporáneo Hispanoamericano". "Aunque inconclusa, por
su muerte a destiempo, su obra lo sitúa por encima de la
mediocridad y lo defiende del olvido, terrible muerte espiritual
de los que nada hicieron en vida". "Su música es una luz
que desafía el rigor del tiempo, y representa una etapa de
vibrante evolución en el desarrollo de la música y
la cultura dominicana". En consecuencia con sus méritos
profesionales y sus valores personales, el Estado dominicano le
concedió póstumamente la condecoración de la
Orden de Juan Pablo Duarte en el grado de caballero.
Editor:
Alberto Regulo Mejía Pol, Santo Domingo,
R.D.
Fuentes biográficas:
Álbum de la vida del maestro Enrique Mejía
Arredondo, propiedad de la señora Elena Rosa Ferres
Velásquez viuda Mejía.
Publicaciones de prensa de diarios dominicanos y
extranjeros. Notas biográficas de la pianista doña
Carmen Tavarez de Saiz. Informaciones y recopilaciones,
colaboraciones de las familias Mejía Ferres, Mejía
García, Mejía Abbott, Mejía
Pol.
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